Te encontraría en medio de las multitudes. Entre toda la gente, te reconocería en cualquier lugar. Ciego, como Tiresias, sabría ubicarte entre miles de personas porque eres única e inconfundible. Me bastaría con acariciar tu vientre o rozar levemente tus labios con las yemas de mis dedos... Percibir el olor de tu piel infinita o beber de tu sexo, una vez más, tu suave y delicada ambrosía... Oír uno solo de tus gemidos... Ya no existe lejanía ni vaguedad suficientes para no encontrarte... Llevo grabado el mapa que me conduce a tu cuerpo y a tu alma en mi pensamiento.
NS
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