Hoy, como cada 31 de diciembre, me veré obligado a hacer lo que más detesto. Es una problema de conciencia, no me siento cómodo. Pienso en toda la gente que no puede celebrarlo del mismo modo que nosotros... porque para ellos, como diría Luís Eduardo Aute, el año que se avecina viene con hambre atrasada. En fin, mientras esta noche me coma las uvas pensaré en los inmigrantes (1), en los sin papeles (2), en las mujeres explotadas (3), en la tortura en las cárceles (4), en la hambruna (5), en el SIDA en países que no sabemos ubicar en el mapa (6), en el abuso (7), en la explotación (8), en los dramas familiares (9), en los parados (10), en los desahuciados (11) y en todos aquellos que sufren el clasismo, la xenofobia y la homofobia (12)... Eso sí, nos reiremos cacho con las idioteces de algunos presentadores de la tele y eso nos servirá para seguir anestesiando nuestras conciencias.
Nintae San
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